Contagiando Negativismo

* Por Nauj

Es extraño pensar y saber que siempre existe una buena actitud o sonrisa que te saca un poco del normal negativismo que se presenta cada día frente a nuestras narices o, quizás, frente al espejo.  Como una cadena, lo malo se va contagiando como un virus sin control, situación que vemos todos los días en el metro, en la micro y en la calle. Es increíble verlo y sentirlo. Sin embargo ¿cómo podemos dar vuelta esta situación?

No creo que haya un método específico  para controlar la negatividad o para contrarrestarla ya que, como la mayoría de las cosas en la vida, sólo depende de cómo nosotros lo hagamos o de cómo nos paremos frente a ese golpe de energía.

Hoy por la mañana olvidé sonreír, olvidé decir buenos días, no me despedí  de buena gana y no le hice cariño a mi perro al cerrar la puerta de mi casa. Mi negatividad estaba en un punto alto de la escala de medición, por lo que terminé contagiando, creo yo, hasta a la señora del quiosco. En el metro pasé a llevar a una mujer la que, con todo derecho, me recalcó que había caído en un error. “Sí, sí”, dije entregando un poco de mala energía, repartiendo lo que a nadie le gusta recibir. En ese mismo instante me di cuenta de mi pésima acción, respiré profundo, boté el aire y sonreí. Le dije que tuviese un buen día, que había sido mi error. El ambiente cambió.

No tengo un método o algo específico que decir al respecto, sólo sé que con pequeñas cosas, pequeños gestos, podemos cambiar todo un día. En estos momentos estoy tratando de resolver mi problema, el que me llevó a la negatividad, de una mejor forma y con otra visión. No es culpa de los demás que esto se haya suscitado.

Si pensamos un poco más allá podremos ver que hay cosas importantes y otras no tanto. A las primeras les debemos todo nuestro ser, a las segundas les debemos respeto, pero no tanto como para dejarnos envenenar por ellas. Yo recién estoy aprendiendo.

¡Qué tengan buen día, buenas tardes o buenas noches!

:D